lunes, 1 de marzo de 2010

Mal mes, el pasado

No, no fue un buen mes el que acaba de terminar. No solamente no he cumplido con mi promesa de escribir más seguido sino que no he podido ligar mucho últimamente a un papito maduro. ¿A dónde se fueron todos?

A mediados del mes de febrero me topé con un madurito de cincuenta años. Nos conocimos por el messenger. Concertamos una cita por un café que los dos conocíamos y nos vimos a la hora y fecha acordadas. No me molestó que fuese bajito o que hablara de una forma pedante: como si estuviera tratando de hacer negocios conmigo (bueno sí, pero no de dinero). Lo que no me "acabó de convencer" fue que hablara sobre ¡su madre!

Evidentemente no pasó nada. No fue nada exitante que dijera que su madre le había dicho tal o cual cosa, o que dijera que su madre lo conocía muy bien, etcétera.

Nos despedimos educadamente y nos fuimos cada uno a nuestras sagradas casas (que siguieron así, sagradas, sin mancha de pecado alguno).

¡Y tanto que deseaba pecar ese día!

En fin, habrán otros...


No hay comentarios: